"Hasta
que el pueblo las canta,
las
coplas, coplas no son;
y
cuando las canta el pueblo,
ya
nadie sabe el autor".
Manuel
Machado
En
esta estrofa, el poeta marca los límites entre la propia creación y su
aceptación por el público. Quizás con la secreta aspiración de que su obra
forme parte del acervo popular, como máxima recompensa. No es de extrañar este
punto de vista en un hijo de Antonio Machado y Álvarez (Demófilo), quien
estudió las raíces del folclore andaluz, considerándolo como patrimonio de la
colectividad, más allá de los autores individuales que habían creado versos o
coplas.
Esta
misma idea la expresan los versos de Charles Trenet, el gran autor de la
«chanson», que en«El alma de los poetas», canta:
Longtemps, longtemps, longtemps
Après que les poètes ont disparu
Leurs
chansons courent encore
Dans les rues. La foule les chante un peu distraite
En
ignorant le nom d´l´auteur
Sans savoir pour qui battaient
Leurs coeurs.
(Hace mucho tiempo,
después que los poetas
han desaparecido,
sus canciones corren aún en las calles.
La muchedumbre las
canta distraída,
ignorando el nombre del autor,
sin saber por quién laten sus
corazones.)
Así,
la obra de muchos artistas, pintores, escritores, compositores, diseñadores,
arquitectos, han pasado a formar parte del patrimonio colectivo. Nos emocionan,
nos maravillan, nos identificamos con ellas, pero ese anonimato, que les
confiere belleza eterna, nos hace ignorar el proceso de creación que las
originó.
Esa
sensación de que siempre han estado ahí,es embriagadora porque nos hace a todos
partícipes de un grupo humano que es capaz de generar esa belleza. Pero nos
deja a merced del destino, de que las cosas se producen porque sí, de manera
natural, a pesar de todo, sin esfuerzo. Las canciones que tarareamos desde
nuestra infancia y nos conmueven cuando las oímos. Las plazas, jardines y
parques en los que transcurre nuestra vida. Las tiendas en las que se guardan
los tesoros de varias generaciones. ¿Quién las compuso, quién escribió las
letras? ¿Quién las diseño, trazó y construyó? ¿Quién las decoró? ¿Qué artesanos
las realizaron?
Si
supiéramos sus nombres, pondríamos en valor, además de los objetos o elementos,
la personalidadque los realizó, su perfil humano, además de su obra completay
la trascendencia de la misma, tanto en su época como en la actualidad. Si el
pasado permanece anónimo, ¿Quién construirá el futuro?
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